Año 1985, Europa afronta graves problemas de competitividad, las reconversiones industriales están a la orden del día bajo el liderazgo de Margaret Thatcher, los países del sur europeo que salen de dictaduras no terminan de despegar… La CEE no puede competir con Japón, una potencia industrial y financiera en clara expansión, ni tampoco con los EEUU de Ronald Reagan, en su particular burbuja económica y financiera. La Comisión Delors decide actuar e impulsa la creación del Mercado Único, pero choca con los intereses nacionales de Francia, la Alemania federal o de España. Es necesario un empuje complementario. Para seguir leyendo pincha aquí.